lunes, 1 de junio de 2009

"CAMPOS ELÍSEOS" CUENTO





-Luisa, ¿No tenés frío?
-No, Carlos. Estoy vacía. El vacío no es frío. ¡No es nada!
-Crucemos. El parque de enfrente nos va a proteger al menos del viento. Me parece que es lo más que París nos puede dar en esta tarde.
-Como quieras, hermanito. Con los veinticinco años que tenemos ya vamos por la senda de los gerontes.
Cruzaron. Los Campos Elíseos. El Arco de Triunfo al frente… Aquel mismo que un año atrás era un símbolo del éxito que ambicionaban, hoy no les representaba nada. Sólo una mole. Grande, firme, pero estática. Y siempre más allá. Apenas una semana atrás festejaban el aniversario de su llegada a Francia. Fue un almuerzo en una hamburguesería, luego de remesar casi la totalidad de los sueldos a su país. Con el flamante título de ingenieros de sistemas, los mellizos Carlos y Luisa dejaron su patria para responder a un contrato que, si bien los alejaba de allí, les permitía un ingreso que destinaban en su mayor parte a atender las necesidades de su anciano padre, enfermo y viudo en la Argentina. Y ayer recibieron la noticia de su fallecimiento.
No habían hecho amigos en el país. Ahora, nada los ataba a Francia. Tampoco quedaban familiares en Argentina.
Los ojos secos. Los pasos levemente arrastrados. Y el frío del viento que el sol no alcanzaba a mitigar. Una pareja de jóvenes que conversaban animadamente, con un niño en brazos y otro correteando por entre los bancos, les hizo desviar su camino y advertir el trayecto recorrido. Sin decir palabra, a los pocos pasos se detuvieron.
-Carlos, no sé dónde estoy.
-Sentémonos. Es invierno, es Francia, somos uno y estamos solos.-




EDUARDO BORAWSKI CHANES
Jurado

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