AQUÉL UMBRAL
Aquél umbral que recibió tu paso,
el último,
el más cruel, rumbo a la nada,
se resignó a tu ausencia humildemente,
sin lágrimas,
sin quejas,
sin plegarias.
Aquél umbral que se quedó esperando
tu retorno,
quizás
una mañana,
envejeció en la espera lentamente,
ya sin quizás
sin prisa
ni nostalgia.
Hoy el umbral, a punto de alejarse
al ostracismo
de las horas
mansas,
aguardará tu paso etéreo, lento,
donde no exista tiempo ni distancia.
HILDA NORMA VALE
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